Minimo exigibles para ser politico

 

El problema no es que un político no tenga formación académica. No es un factor diferencial para ser buen o mal político. El problema está en haberlo ocultado porque demuestra que para ti sí que es un factor importante. Pones en otros estándares que tú no cumples.

No vamos a descubrir en 2025 que los sistemas de promoción en los partidos, a menudo, nada tienen que ver con tener unos u otros estudios. 
 
Ni en alcaldias, concejales, directivos y consejeros de empresas publicas
 
Mas de un alcalde no sabe interpretar un balance de situación, ni una cuenta de resultados
 
Eso, al margen de que sea triste ver cómo tantos graduados o doctorados cobran una miseria, y que jamás llegarán a tener sueldo de diputado.
 
En Francia, para aspirar a una carrera política, especialmente a través de la administración, existen requisitos y vías específicas. No hay un único "mínimo" exigible, pero la formación en instituciones como la Escuela Nacional de Administración (ENA) (ahora INSP) es altamente valorada y proporciona una vía tradicional, aunque no la única, para acceder a altos cargos.Formación y Escuela Nacional de Administración (ENA)

Otro problema de la clase política actual es que la mayoría no ganaría esos sueldos fuera. Por eso, abunda el servilisimo para no perder la silla. Así que cuanto menos criterio uno tenga, con más facilidad se adapta y medra. Paradójico: tener posibilidades expulsa de la política.

Y los mas preparados no quieren entrar en la politica, porque consideran que entrarian en una clase frentista
 
  La diputada Noelia Núñez (PP) admite ahora que no tiene títulos universitarios: “Una equivocación” elpais.com/espana/2025-07



 

La dimisión de la exvicesecretaria nacional de Movilización y Reto Digital en el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular, Noelia Núñez, por haber mentido en la titulación que atesoraba en los currículums del Ayuntamiento de Fuenlabrada, Congreso de los Diputados y Universidad Francisco Marroquín, han desatado el efecto contrario al deseado en el PSOE. Importantes cargos socialistas como Patxi López, Óscar Puente o Pilar Bernabé han sido 'pillados' cambiando el CV en distintos organismos o engordando los títulos que sí que tenían.

En el caso de Núñez, fue precisamente el ministro de Transportes quien evidenció que los currículums que presentaba en los tres organismos no coincidían. En la Cámara Baja aparecía como poseedora del Doble Grado en Derecho y Ciencias Jurídicas de la Administración Pública; en el consistorio fuenlabreño sostenía que tenía el Doble Grado de Ciencias Jurídicas y Derecho de la Administración Pública, así como que se encontraba estudiando Filología Inglesa en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED); y, por último, en el centro educativo, donde actuaba como profesora en Ciencias Políticas, se recoge que contaba con el Grado en Filología Inglesa, una Licenciatura de Derecho por la Universidad Central de Missouri y que estaba estudiando la doble titulación anteriormente mencionada.

Ante tales acusaciones y con pruebas tan evidentes, Núñez publicó en redes sociales una carta personal por la que anunció su retirada. En ella señalaba que "no, no somos como ellos", dando a entender que en el Partido Popular no les tiembla el pulso para dimitir de sus cargos si se cuestiona su integridad y se prueba.

La ola arrastra a López, Bernabé y Puente

El Partido Popular no tardó tampoco en pronunciarse por medio de su presidente, quien también recurrió a las redes sociales para expresar que "las lecciones de ejemplaridad del PSOE no me conciernen porque no puede darlas. Muchos de los que han atacado sin piedad a Noelia Núñez conviven sin rubor con la total inmoralidad y la mentira hecha persona", al tiempo que indicó que "el listón ético de Sánchez y los suyos no exista, no significa que los demás debamos modificar el nuestro. Desde luego, yo no lo haré. Tras una vida dedicada al servicio público, puedo y quiero preservar la confianza de los españoles en la política".

"Noelia Núñez ha presentado su dimisión de todos sus cargos públicos. Es una decisión que le honra. Por conductas francamente más graves, e incluso delictivas, el PSOE le habría dicho que aguantase. Ni Noelia es como ellos ni yo soy como Sánchez", ha concluido.

No ha sido el único de los populares en pronunciarse, también lo ha hecho la portavoz en el Congreso, Ester Muñoz, quien también ha utilizado las redes sociales para señalar a una las líderes del PSOE que está en cuestionamiento: Pilar Bernabé. "No puede ser candidata a nada y tiene que dimitir inmediatamente de delegada del gobierno. Entre otras cosas, por mentir", ha cargado Muñoz contra la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, quien afirmó tener dos licenciaturas: Filología Hispánica y Comunicación Audiovisual. Pero lo cierto es que no contaba con esa titulación y, de hecho, el PSOE tuvo que cambiar su CV para utilizar la muletilla "había iniciado estudios". 

Aunque no es el último puesto de alta responsabilidad de los socialistas que se ha visto afectado. En las últimas horas, el diputado y exlehendakri Patxi López ha saltado a la palestra después de que se haya conocido que en su hoja de conocimientos reflejaba que contaba con una Licenciatura en Ingeniería Industrial por la Universidad del País Vasco, que, de nuevo, no terminó. Concretamente, la abandonó para implicarse plenamente en la política.

Pero el último es el que más llama la atención, resulta que el propio ministro de Transportes, quien en las últimas horas ha señalado a Beatriz Fanjul y Noelia Muñoz, también habría mentido con su formación. Resulta que en currículum incluyó un máster en Dirección Política, que no era sino un curso impartido por la Fundación Jaime Vera, relacionada con el PSOE y dedicada a la formación de los miembros del partido.

La hemeroteca socialista incluye a Sánchez, Blanco y Narbona

Sin embargo, la hemeroteca socialista tiene más nombres de altos dirigentes que han engordado sus currículums. Es el caso de la presidenta del partido, Cristina Narbona, en la página web de la formación figuraba como Doctora en Economía por la Universidad de Roma, pero años más tarde 'El Confidencial' descubrió que dicha entidad no expedía títulos de esa clase cuando ella estuvo allí.

Tampoco se quiso librar José Blanco, ministro de Transportes durante el Gobierno del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Blanco aseguraba que había finalizado la carrera de Derecho, lo cierto es que no lo hizo. Aún más sonrojante fue el caso de Carmen Montón, exministra de Sanidad y que afirmó haber completado un máster en Estudios de Género, cuando la realidad es que no solo no había cursado las asignaturas, sino que plagió el 58% de su trabajo de fin de máster.

Pero el colofón lo pone, cómo no, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con sus tesis plagiada. Según publicó el diario ABC en 2018, el jefe del Ejecutivo "cometió plagio en su tesis", al utilizar fragmentos de otros autores en su trabajo sin citarlos debidamente. Este título le valió para alcanzar el estatus de Doctor en Economía y Empresa por la Universidad Camilo José Cela, universidad privada, por cierto.

 "Hay una preocupante tendencia a sobrevalorar las mentiras ajenas y a considerar las propias como faltas sin mayor importancia [...]. No es indispensable ser licenciado en Derecho para representar a la ciudadanía; ser honesto, sí"

https://elpais.com/opinion/2025-07-24/mentir-no-es-una-anecdota.html?mrfhud=true?ssm=TW_CM&utm_source=tw&utm_medium=social

Un mínimo exigible para ser politico, seria pasar por una escuela de administración y politica 4 años 
 
Tienen toda la razón los que señalan esa inveterada costumbre de nuestros políticos de atribuirse unas titulaciones en sus currículums que no poseen.
 
 El problema es que el falseamiento del currículum es un caso que se ha repetido innumerables ocasiones (José Montilla, Patxi López, Juanma Moreno Bonilla, Javier Maroto, Elena Valenciano, José Blanco, Ximo Puig, Miguel Urbán, Pilar Rahola, Carles Puigdemont…) y los políticos (de todo signo) ha puesto el listón de la honestidad tan bajo que nadie dimite por esta circunstancia. 

Ada Colau es presentava com Advocada sense ser-ho. Aquesta conducta està tipificada


 
Carles Puigdemont ha enviado un burofax al programa de . Pide rectificar porque él nunca ha dicho que licenciado en periodismo. El programa investiga y zasca aparece como licenciado en periodismo. - En el Parlamento de Cataluña - En la Ficha de diputado


Todo el mundo sabe que la meritocracia no existe. El problema no es ese. La tragedia es que en España tenemos una izquierda cada vez más asistencialista, que jamás habla de reparar el ascensor social para que, efectivamente, que la gente estudie sirva para ganarse bien la vida.
 
Este asunto me recuerda a cuando Javier Chicote reveló, en las páginas de ABC, que la tesis doctoral de Pedro Sánchez era una auténtica basura (para cualquier estándar académico) y estaba llena de plagios. El PP prefirió no hacer mucho ruido con la noticia porque, en aquella época, su líder era un tal Pablo Casado, que también tenía sus problemas con cierto máster de pega.
 
Vaya que son todos, unos buenos ejemplos para la juventud

Dando lecciones en las redes Patxi el no ingeniero y el otro Oscar Puente dando lecciones que no tenía un máster de Dirección Política en la Jaime Vera
 
Para muchos no resulta evidente por qué la política solo atrae mediocres, pero la verdad es que es algo bastante obvio. ¿Cuál es el precio que le ponéis a perder vuestro anonimato, a ser destripados por las hienas mediáticas, a recibir odio furibundo de buena parte de la sociedad y a ver vuestra vida cambiada para siempre?

Menos politicos, más preparados, menos tiempo en el cargo, mejor salario, menor presión mediatica sobre ellos (en cada telediario se habla de los politicos cada dia un tiempo considerable) pero ¿puede ser una profesión como otra? lo dudo.

 En el fondo, lo que subyace es la escasa formación de nuestra clase política y la necesidad de contrarrestar este hecho ante la opinión pública (sin que una acabe de entender la razón, ya que la mediocridad es un raso distintiva de nuestros política) con falsas titulaciones.

El sistema político español no se reformará hasta que no se establezcan mecanismos reales de mérito y castigo que juzguen resultados.

Seguramente no es tan importante los titulos, si es importante que despues de unos años de gestión publica, se juzguen los resultados, y se decida si deben o no continuar, votar no implica una evaluación personal Mientras lo principal sean los amiguismos, y tener capacidad oratoria para apelar sentimentalmente al púbico, tendremos frentistas y cortoplacistas, y no gestores y estadistas

El debate no es la titulación. El debate es MENTIR

Ademas es muy fácil entrar en webs oficiales, donde se enlaza con la titulación real de cada uno
 
Cuatro reflexiones sobre el caso Noelia Núñez: 
 
  1) El pasado siempre vuelve… y peor. Cuando se nombró la actual dirección del PP, escribí esto: x.com/JesusFerna7026 Me asombraba que el PP resucitase el marianismo más mediocre. Algunos me acusaron de exagerado. Me quedé corto. No imaginaba que el “poco futuro” pudiera ser aún peor: el PP ni siquiera tiene banquillo. Está jugando con juveniles que falsean el dorsal. 
  2) Mentir en el CV suele salir barato.@lugaricano y yo escribimos esto hace ya tiempo: hayderecho.com/2014/02/13/los Ahí está Moreno Bonilla, con mayoría absoluta. Al votante andaluz no parece importarle que mintiese. Si el votante no exige, el político no responde. 
 
  3) Y si hablamos de fraudes académicos, lo del libro de Pedro Sánchez y Carlos Ocaña es vergonzoso. Plagiaron de forma descarada, como documentó El País (sí, El País): elpais.com/politica/2018/ Y ahí siguen: uno en La Moncloa y el otro en Telefónica. Francamente, mentir sobre un grado o máster me parece menos grave que plagiar un libro. Un título exige años de trabajo. Un libro, no tanto. y yo escribimos La factura del cupo catalán en dos meses largos y sin copiar a nadie. 
  Por cierto, ¿vieron alguna denuncia del caso de Sánchez y Ocaña por parte de economistas académicos o sus blogs? Yo tampoco. Debe de ser que Ocaña “es un chico muy majo” (así me lo justificó un economista agustino). 
 
  4) El verdadero problema es el de siempre: corrupción sistémica y élites fallidas. Aquí no se trata solo de que Noelia Núñez haya mentido, que ya es grave. Es que podría haber sido ministra sin tener ni la menor cualificación. Pero claro, ahí está María Jesús Montero, sin saber de Hacienda Pública, y la gente vive tranquila.

https://x.com/JesusFerna7026/status/1948337813558100111

Un comentario sobre estas reflexiones, que han resultado particularmente polémicas: Las dimisiones (más o menos forzadas) en política suelen obedecer a la pérdida del "derecho a ser escuchado" (el concepto es de Michael Ignatieff, "Fuego y cenizas"). 
 
Ese derecho se puede perder por mentir, pero no es automático y no siempre ocurre.
 
 La clave es que Noelia Núñez había construido su personaje político por estar supuestamente muy preparada, y cuando se descubrió la mentira, se quedó sin nada que ofrecer. Además, su partido ha aprovechado la dimisión para ganar el derecho a ser escuchado, gracias a la "ejemplaridad" demostrada en este caso. Hay otros casos, en que por diversas razones, alguien miente, pero no pierde el derecho a ser escuchado. La vida no es justa. Pero, los políticos no son los únicos que pierden el derecho a ser escuchados. Por ejemplo, una asociación de economistas académicos no tiene obligación de pronunciarse sobre cualquier fraude, pero sí lo está en el caso del fraude académico de una tesis en economía del presidente del gobierno. Efectivamente, NeG lo entendió, pero, su opinión no satisfizo a nadie y para muchos (y me incluyo) perdió la credibilidad por el camino. Puede no gustar, pero es lo que hay. La vida no es justa. 
 
Yo como inspector no opino de todos los fraudes, pero como secretario general de la asociación de inspectores de Hacienda saqué una nota sobre la amnistía fiscal el mismo día que salío en 2012. Si ese día hubiese dicho que no estaba tan mal o me hubiese callado, entonces me hubiese cargado la reputación de la asociación de inspectores de Hacienda. Nadie le pregunta a los inspectores por lo que opinan sobre la amnistía fiscal, ni cuando su impulsor ha caído en desgracia, y siguen (o seguimos) teniendo una voz relevante en el debate público, porque en algunos momentos (y no, no soy el único) hicimos lo correcto, que no era lo más cómodo ni lo más agradable y obsequioso con el poder. sobran, y prefiero no citar nombres.
 
https://x.com/frdelatorre/status/1949160426098319771 

. El objetivo de la entrada no es juzgar la existencia de irregularidades en la redacción y defensa de la tesis doctoral de Pedro Sánchez. A estos efectos, lo único que podemos aportar es que no hay evidencia de plagio a juzgar por los resultados de los filtros que habitualmente se aplican a otras tesis doctorales.
2. Sobre la existencia de tratos de favor o la implicación de otras personas en la redacción de la tesis, no tenemos más información que la que circula por redes sociales y en artículos de prensa. Si se demostrara que los hubieron seremos los primeros en criticarlo.
3. Las tesis doctorales sirven para dedicarse a la docencia e investigación. Son las universidades las que con sus decisiones de contratación convalidan malas tesis doctorales. Es este el problema que nos parece más preocupante.
4. Sobre disclaimers. Ninguno de los firmantes tiene, que sepamos, relaciones de amistad o ha firmado trabajos en co-autoría con Pedro Sánchez. Uno de los firmantes es co-autor (en un trabajo muy posterior de 2017) de un co-autor de Pedro Sánchez, cuya participación en la redacción de la tesis ha sido desmentida por él mismo. Como editores, no consideramos necesario incluir ningún disclaimer porque no creemos que la credibilidad de nuestros colaboradores deba basarse en aplicaciones del número de Erdos (https://es.wikipedia.org/wiki/N%C3%BAmero_de_Erd%C5%91s ).
 

Las dudas sobre los títulos de postgrado de los políticos españoles

Las dudas sobre los títulos de postgrado de nuestros líderes políticos son un síntoma (más) de que algo no funciona bien en la universidad española. Con esta entrada pretendemos explicar el origen de las dudas y contextualizarlas en la realidad de nuestra universidad.

No es todo lo mismo

En primer lugar, es necesario separar lo que son hechos presuntamente delictivos (cambios de notaspresiones y amenazas por formar parte de tribunales inexistentes, trabajos de investigación que no existen y plagios), de mentiras y exageraciones de currículum (no es lo mismo un máster de una institución de prestigio internacional que un curso de postgrado de corta duraciónno es lo mismo ser doctor que ser doctorando ni que haber hecho los cursos de doctorado pero abandonado la tesis) o de preguntas y críticas sobre la calidad de un trabajo de investigación.

Los casos de los másters de Cifuentes, Montón y Casado, en los que presuntamente hubo un trato de favor, están todavía bajo investigación. Aun así, ya se han cobrado las dimisiones de una presidenta de la Comunidad de Madrid y de una ministra del gobierno de España.  Se duda ahora de la tesis doctoral del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Pretendemos aquí aclarar algunas de esas dudas para posteriormente preguntarnos si los casos de políticos prominentes publicados son una excepción que atañe sólo a unas ciertas élites o si realmente la mediocridad, y desde luego la mucho más grave corrupción, están más extendidas en nuestras universidades.

¿Qué es una tesis doctoral?

Algunas de las dudas sobre la tesis del presidente del Gobierno se han despejado, una vez la tesis ha sido puesta a disposición pública en TESEO. Sin proponernos evaluar la calidad de dicha tesis, sí queremos ofrecer nuestra experiencia de lo que es una tesis doctoral para que el caso del presidente pueda analizarse con esa perspectiva.

Aunque en algún tiempo pasado podía pensarse lo contrario, la tesis doctoral no es el trabajo de investigación de una vida. Es más bien el trabajo con el que un joven investigador pone a prueba su capacidad para investigar. Por supuesto, de vez en cuando alguna tesis es revolucionaria y hace avanzar el conocimiento científico de manera sustancial, pero por la propia definición de revolución, esto ocurre muy pocas veces. No obstante la ciencia no se compone sólo de revoluciones científicas y la mayoría de los trabajos de investigación se conforman con mover un poco la frontera del conocimiento. Esto es también lo que debería hacer una tesis doctoral. Los buenos programas de doctorado producen tesis que cumplen esta condición, y la prueba es que los recientes doctores son capaces de publicar artículos en buenas revistas académicas, que suelen basarse en la investigación realizada en la tesis.

Sin embargo, no todos los programas de doctorado tienen como objetivo formar investigadores de primera línea que publiquen en revistas de prestigio académico internacional. Por esta razón muchas de las tesis que se producen en España no aportan realmente novedades científicas, sino que sirven para tener una certificación con valor legal que permite acceder a la docencia universitaria, o dar un cierto empaque a un curriculum (por ejemplo el de un político con escasa experiencia fuera de su campo). Esto no quiere decir que dichas tesis no cumplan otras funciones, pero nos haríamos un gran favor si, como dijimos en nuestra entrada anterior sobre universidades, empezáramos a distinguir postgrados científicos de otro tipo de programas.  Ante la falta actual de mecanismos que distingan unas de otras en nuestro país, seguimos pensando que la evaluación anónima por parte de organismos internacionales y la publicación en revistas de prestigio extranjeras es un primer filtro, aunque obviamente crudo y con los problemas que tienen los rankings, para separar el grano de la paja. Otro indicio de calidad es si una institución es capaz de enviar  a sus estudiantes a programas de doctorado de prestigio en vez de intentar dirigirles dentro de un departamento con limitaciones, o conseguir que obtengan, de forma no endogámica, una posición en una universidad de renombre. Desde luego, lo que no ayuda para conseguir distinguir unos programas de postgrado de otros son los criterios de calidad que utiliza por ejemplo la ANECA usando el "porcentaje de egresados sobre el total de matriculados", vinculando a su vez la financiación a tener el mayor numero de graduados y postgraduados posibles. Se pueden imaginar que ésto da lugar a crear títulos sin sustancia y a otorgar diplomas sin mucho esfuerzo. Otras restricciones como poner límites a la tesis de 3 años o permitir doctorados a tiempo parcial (con un plazo de 5 años) o penalizar en financiación los programas de doctorado pequeños tampoco ayudan precisamente a mejorar la calidad de nuestros programas.

En este contexto, veamos cómo quedan los aspectos que se discuten en la tesis del doctor Pedro Sánchez.

¿Debe ser pública una tesis?

Sin duda. La comunidad universitaria debe poder conocer con qué credenciales se está dando el carnét de investigador a un doctorando. Cuando la tesis da lugar a publicaciones, normalmente nos fijamos en éstas y nos olvidamos de la tesis, pero como hemos dicho antes, no siempre hay publicaciones. La manera en que la tesis en sí misma se hace pública es muy variada, depende del país y de la universidad. Por ejemplo, en EE.UU. suele usarse el sistema ProQuest, donde las tesis están accesibles electrónicamente en tres modalidades: acceso libre, acceso tras previo pago o acceso libre a un resumen y bajo pago al resto. El ejemplar físico suele estar en los depósitos de la biblioteca. En el caso de Pedro Sánchez, no haber hecho la tesis más accesible públicamente desde que se iniciaron las dudas sobre su existencia y su contenido (hace más de un año), no ha ayudado a cerrar el debate.

¿Cómo se detectan los plagios?

En los tiempos modernos, la primera señal de alarma la dan los programas informáticos que encuentran coincidencia en los textos. La coincidencia no es plagio automáticamente. No lo es si el texto está convenientemente citado o si se trata de ideas que suelen exponerse de una manera parecida por ser consabidas en el área de conocimiento. Los libros de estilo imponen normas para evitar que una cita se confunda con un plagio. No siempre se siguen estas normas al 100%, por lo que lo que ha de juzgarse es si hay plagio en función del texto mal citado o no citado. Si son ideas introductorias o marginales al núcleo de la tesis, un lector neutral podrá concluir que no hay plagio. Por supuesto, también concluirá que la tesis está mal escrita y que no satisface los estándares de un buen programa de doctorado. Obviamente, si se detecta plagio (o si se detecta que la tesis la ha escrito otra persona), la tesis carecerá de valor y el plagiador perderá la confianza que un investigador necesita.

Por otra parte, la publicación de un libro coautorado que contiene una parte importante del contenido de la tesis, no debería considerarse como indicio de plagio, especialmente si esto se indica en el mismo texto. A pesar de que una tesis tiene, como es lógico, un único autor, es frecuente que en la tesis  se incluyan trabajos ya realizados y publicados con otros autores o que las tesis generen sucesivamente publicaciones con otros autores. Todo esto pertenece a los acuerdos y a la distribución del trabajo de los autores y la simple existencia de trabajos con varios autores no debería hacer presumir que hay algo ilícito en los acuerdos y en la distribución de ese trabajo. Lo que desde luego no ayuda es el firme apoyo del presidente del Gobierno, y el de su ministra portavoz pero también de Educación, a su Ministrad de Sanidad, dimitida en la misma semana por acusaciones de plagio. Mal vamos si quienes definen la política educativa y científica de un pais dan más o menos importancia al plagio en función de que se produzca entre los de uno u otro partido político.

¿Qué han dicho los expertos?

Muchos de los expertos que están opinando sobre la tesis de Pedro Sánchez, algunos considerados en los medios de comunicación como verdaderos gurús de la economía, o bien no son doctores en Economía o bien sus tesis tampoco han pasado por el filtro de haber sido publicadas en revistas académicas de prestigio internacional. Creemos que la opinión pública debería ser consciente de ello.

Otros expertos, citados de forma anónima en uno de los muchos artículos cargados de intencionalidad política publicados estos días, pero que supuestamente han pasado el filtro del reconocimiento internacional y que supuestamente han leído la tesis de Pedro Sánchez, ponen en duda la calidad de la tesis dudando de su capacidad de dar lugar a publicaciones de prestigio (que ya sabemos que no lo ha hecho) o de dar acceso a una plaza en un departamento académico de primer nivel (que tampoco), pero olvidan la realidad de la universidad española al no avisar que lo mismo ocurre con muchas otras tesis doctorales.

Conclusiones

Separar las críticas y las defensas bien fundamentadas de aquellas interesadas será crucial para que este caso sea bien resuelto y para que no se extiendan las culpas que pudiera haber más allá de lo que corresponde. Pedro Sánchez debería ser reprobado si se demostrara que la tesis no existe (algo ya imposible), que ha habido plagio, que realmente no ha escrito la tesis o que ha recibido un trato de favor por parte de la universidad.

Pero si no se dan estas circunstancias, lo más seguro es que estemos ante una tesis que no se separa de tantas de las presentadas en España y la principal enseñanza de este caso debería ser tomar conciencia de la realidad y que diferenciar los programas de postgrado que forman académicos con proyección internacional de los otros es una tarea que habría que emprender, cuanto antes mejor.

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comentarios

uchas gracias por la entrada que, me consta, ha sido muy meditada y ha tratado de incorporar distintas sensibilidades. Pienso, no obstante, que la entrada no entra en varios aspectos fundamentales relacionados con lo que el título promete, y yerra en otros.

(1) No creo que se esté siendo justos cuando se establece una dicotomía entre universidades/departamentos de prestigio y el resto. Entre el blanco y el negro hay una amplia gama de grises. Entre una tesis excelente y una tesis que pasa como tal sin serlo, están también las tesis buenas, notables y suficientes para el apto. Conviene ser justos con los chavales que de verdad se están esforzando en aportar valor añadido a sus tesis, aunque no lleguen a premio Nóbel.

(2) Creo que es un error plantear que la calidad de una tesis debería evaluarse en función del perfil del candidato, y que a un político se le tiene que exigir menos que a un académico. Si de verdad creemos que esto tiene que ser así debería existir un título de doctor para académicos y otro distinto para políticos, pero me consta que esto no es así, y que el título de doctor es único y capacita para lo mismo a quien lo posee, con independencia de a qué quiera luego dedicarse. Si tener un título de doctor no supusiera un cambio de estatus y un aumento de prestigio nadie dedicaría ni siquiera un año de su vida a estudiar informes para trasladarlos a su tesis.

(3) En la Universidad española existe, en relación a las tesis doctorales y a otros aspectos, algo que podríamos definir como fraude institucional. Hay que denunciarlo y llamarlo como tal. Nótese que la existencia de este fraude no es incompatible con lo que he dicho en mi primer punto. Fraude es, por ejemplo, pasar por tesis doctorales documentos que no lo son. Si alguien se aprovecha de este fraude es un defraudador, no una víctima del sistema, del mismo modo que si alguien se aprovecha de la existencia de corrupción es un corrupto, y no una víctima de algo que existe en la sociedad.

(4) El sistema basado en el fraude universitario sobrevive, sobre todo, porque es escrupulosamente respetuoso con los trámites legales, de modo que es prácticamente indetectable para los que conocen cómo funciona el sistema. Una tesis que no es una tesis tendrá su introducción, sus capítulos correspondientes y sus conclusiones, tendrá su directora, tendrá su acto de presentación y tendrá su tribunal que halagará al candidato para justificar los méritos del mismo, y hasta tendrá su máxima calificación. Incluso puede que hasta los miembros del tribunal que ensalzan el trabajo del doctorando se lo crean de verdad, porque a su vez han llegado a ser doctores (porque alguien les ha capacitado para ello) sin tener ni idea de su disciplina. Dentro del sistema de fraude, existe la categoría especialmente chusquera de los que se saltan los trámites legales, lo que da lugar a los casos Cifuentes, Montón y – veremos si los tribunales lo sitúan a la izquierda o derecha de la legalidad dentro del sistema fraudulento – Casado.

(5) Este fraude tiene un coste económico: si un doctor-que-no-debería-haber-sido-doctor ocupa un puesto de doctor en la universidad se lo está usurpando a un doctor-que-sí-es-doctor-de-verdad. Si yo tuviera un hijo en la Universidad preferiría que le diera clases el doctor de verdad. Cuestiones de equidad aparte, todos conocemos en este blog la importancia que la formación del capital humano tiene sobre el crecimiento económico. Más aún, si un doctor-que-no-debería-haber-sido-doctor llegara a presidente del Gobierno de una nación, difícilmente podría esperar que apostara por el esfuerzo y la calidad en la innovación (que algo tiene que ver también con el crecimiento). Todos sabemos lo que son las preferencias reveladas.

https://nadaesgratis.es/admin/entrada

No es mi costumbre entrar en valorar a una entrada escrita por compañeros, pero hoy quiero hacer una excepción. Primero porque comparto las críticas de Javier que considero de mucho peso. Y segundo porque la entrada puede dar lugar a interpretaciones sesgadas, no por lo que se dice en ella sino por lo que no se dice en ella con la suficiente claridad.

Que al parecer no hay plagio en la tesis es algo que ya se sabía y que la tesis probablemente sea mala también. Mi objeción principal es que la entrada parece, e insisto parece, dar normalidad a este asunto haciendo referencia a la existencia de muchas malas tesis. Me parece un grueso error.

La preparación de una tesis doctoral que de verdad demuestra la aptitud de alguien para una carrera académica requiere años y no 11 meses. No es un asunto baladí y menos tratándose del actual primer ministro. La entrada debería haber cuestionado este aspecto de manera clara e inequívoca.

Segundo, en la misma semana sí hemos conocido un caso de plagio por parte de la ex-ministra de Sanidad. Ella se fue diciendo que no hizo nada malo y nadie del gobierno y menos el Sr. Sanchez condenó el plagio. Al contrario.

Tercero, me parece que desde estas páginas tenemos que cuestionar la acumulación de títulos de pos-grado por parte de políticos que parecen servir más para adornar un cv sin experiencia relevante fuera de la política que de otra cosa y en muchos casos en connivencia con las propias universidades.

Espero que estas lineas ayuden a evitar malas interpretaciones porque estoy seguro que hay un alto grado de consenso entre los colaboradores sobre estos asuntos.

"Solo para que quede constancia publica de ello, ya que yo he participado en este foro en el pasado sobre temas similares.

Estoy profundamente en desacuerdo con el contenido y con el tono de esta entrada. Por supuesto los actuales editores son totalmente libres de expresar sus opiniones, pero creo que los lectores que apreciaban mis entradas tambien podran estar interesados en mi sumaria opinion al respecto" JFV

Parece que hay quien está leyendo la entrada como una defensa de Pedro Sánchez. Hay, creo, tres temas que resolver. Vamos uno por uno.

1. ¿Hizo Pedro Sánchez la tesis? Sobre este tema no nos hemos pronunciado. No creo que en este momento haya datos o evidencias sobre ello. Cualquiera de los firmantes de la entrada serían los primeros en exigir las máximas responsabilidades si las hubiera. No creo que se pueda pensar de nadie de nosotros que fuera a dejar de denunciar esa manera de corromper la universidad por encubrir a alguien, por muy presidente del gobierno que sea. Que Arcadi Espada hubiera escrito una frase de distinta manera a como aparece en la tesis podrá indicar que su estilo es muy superior al de Pedro Sánchez, pero nada más.

2. ¿Plagió la tesis? Esto está contestado en la entrada. Con los datos objetivos y públicos no es posible concluir que haya plagio. Si alguien tiene otros datos, por favor, que los haga públicos. Nadie quiere sostener a un plagiador.

3. ¿Ha habido trato de favor? Esta es seguramente la parte más delicada y la que puede generar más controversia. Me detendré en ella:

-En este blog hemos usado mucho el método de diferencias en diferencias. Apliquémoslo. Si hay tesis buenas, mediocres y malas, ¿cómo distinguir un trato de favor con la sola información de que la tesis es mala? Si la tesis se lee en un programa donde el 90% de las tesis son buenas, la probabilidad de que sea un trato de favor será más alta que si se lee en un departamento donde el 90% son malas. No podemos decir mucho más. De ahí que en la entrada digamos que el trato de favor debe argumentarse con otra información. No hemos concluido que no haya ni deje de haber habido trato de favor, solo que la calidad de la tesis no lo demuestra.

-Hay quien dice que todas las tesis malas son trato de favor y que, por tanto, el mal de muchos no es excusa. Sería cierto si en nuestro sistema universitario estuviera bien definido un nivel mínimo de calidad y, a la vez, fuera claro cuándo una tesis pasa ese mínimo. No es el caso, y este es el problema (y, de paso, también es la razón de no ser equivalente al "total, todos delinquen"). Lejos de contentarnos con ello, proponemos maneras de subir la calidad de las tesis: limitando los programas que pueden otorgarlas y contando en los índices de calidad solo aquellas que han dado lugar a publicaciones.

-¿Qué sería indicio de trato de favor? Entre los argumentos que se han vertido sobre el tema voy a poner un ejemplo de buen indicio y otro de mal indicio. Buen indicio: la tesis se escribió en 11 meses (si se corrobora el dato) cuando en ese tipo de departamentos lo normal es mucho más. Mal indicio: la juventud de los miembros del tribunal.

.Nos pasamos la vida evaluando trabajos, proyectos, curricula, etc (porque forma aparte de nuestro sueldo). A lo mejor otro indicador como nuestra opinión sobre si una tesis cae a un lado u otro de la tomadura de pelo puede ayudar también a identificar un hecho fraudulento, por muchos confounding effects (como la propia incapacidad del propio doctor) que hayan en nuestra muestra. A lo mejor los lectores esperaban un contraste de este tipo.

Lo siento, pero no, por más que lo digan el ABC y El Mundo, no hay plagio. Está muy bien discutido aquí: https://www.eldiario.es/politica/cierto-acusaciones-ABC-Pedro-Sanchez_0_814019573.html 

 Creo que es evidente que el post es confuso, porque la mayoría de los comentarios, hechos muchos de ellos por economistas de prestigio, interpretan de manera distinta entre si lo dicho

Creo que la entrada se ha malinterpretado (y, probablemente, algo de culpa es nuestra). No tratamos de justificar ni la tesis ni a los que la evaluaron diciendo que "(casi)) todo el mundo lo hace mal". Mi interpretación de lo que dice la entrada (y la motivación por la que la he firmado) es que hay que dar mas crédito a los departamentos que se esfuerzan porque sus estudiantes de doctorado presenten buenas tesis y aspiren a carreras académicas brillantes y denunciar TODOS los casos de tesis deficientes presentadas sin los controles suficientes. Y estoy de acuerdo en que en las universidades privadas esto ultimo pasa con mucha frecuencia (por ejemplo en este caso en cuestión se trata de una universidad privada).

https://okdiario.com/investigacion/2018/09/17/veredicto-del-tribunal-okdiario-tesis-sanchez-recopilacion-informes-3120391

Personalmente, una de las razones que me llevaron a participar en la entrada fue la preocupación, que comparto contigo y con Javier Ferri pero también con el resto de firmantes del post, sobre el desprestigio que estos casos están suponiendo para la universidad, y muy en concreto para los estudiantes de doctorado que no reciben trato de favor. Pero para ayudarles, hace falta seguir explicando cuál es la situación real de los estudios de postgrado en este país y fomentar el que se diferencien unos postgrados de otros. Buenas tesis pueden surgir en cualquier departamento (!por supuestos que hay tonalidades de gris!), pero tenemos que aprender a señalar a la sociedad cómo distinguirlas de las malas. Usar de forma interesada un caso en el que (!de momento!) no se ha podido demostrar nada y mezclarlo con otros en los que la corrupción es mucho más demostrable, no nos parece a los firmantes del post que ayude en nada a los actuales doctorandos (que por cierto, sí agraedecerían tu influencia mediática para dar apoyo y difusión a los nuevos premios que hemos creado: https://nadaesgratis.es/admin/i-premio-nada-es-gratis-para-job-market-papers-en-economia ).
En todo caso, me alegro de la parte educada del debate que ha generado la entrada, pues muestra que la pluralidad y la independencia (incluso respecto a algunos de sus fundadores) siguen aquí vigentes.

 

lo decimos en la entrada, no todo es lo mismo. Las circunstancias de Cifuentes y Montón son distintas entre sí, son distintas a las de Casado y son distintas a las de Sánchez. Todas estas son distintas a las de Rato y Alierta. Creo que todos estamos de acuerdo en la importancia de luchar contra “el amiguismo, el trato de favor a los poderosos y el enchufismo patrio.” Incluso sin pruebas documentales tiene sentido exponer las dudas razonables, las que pueden surgir por la composición del tribunal de defensa de tesis del entonces Ministro de Economía y el hecho que su tesis nunca ha salido a la luz. Todos somos libres de presumir la culpabilidad de las personas involucradas en estos asuntos.

Pero el propósito de la entrada no era ventilar nuestras dudas razonables, sino analizar hasta qué punto la información que había salido desde el viernes corroboraba que el doctorado de Pedro Sánchez era un caso más de amiguismo, trato de favor a los poderosos y enchufismo patrio.

Para ser mas preciso, la entrada tenía dos propósitos. El primero era ofrecer nuestra experiencia como académicos para evaluar dos aspectos de la tesis de Sánchez: la existencia de plagio y la baja calidad. Son dos aspectos importantes porque (i) la existencia de plagio se podría considerar un comportamiento delictivo inaceptable para un líder político (como ha sido para Montón); (ii) su baja calidad podría demostrar la existencia de un trato de favor que podría llegar a ser un cohecho impropio.

A mi manera de ver, lo que hicimos en la entrada fue decir (i) con la información disponible desde el viernes no es posible demostrar la existencia de plagio; (ii) la tesis no nos parece distinta a muchas de las malas tesis que se defienden en España, así que creemos que de la calidad de la tesis, repito, de la calidad de la tesis, no se puede deducir que Pedro Sánchez haya recibido un trato de favor.

El segundo propósito era dar nuestra opinión para evitar que el juego político, en el que no estamos metidos, repercuta negativamente sobre el mundo académico, en el que sí estamos metidos. Nos preocupa que la opinión pública reciba el siguiente mensaje: “hay trato de favor, como demuestra la composición del tribunal de tesis, hecho de amiguetes y coautores, y el hecho que la tesis de Sánchez, siendo horrorosa en comparación con las tesis que se defienden en España, ha conseguido el sobresaliente cum laude”.

Nos preocupa este mensaje porque la opinión pública puede llegar a las siguientes conclusiones que consideramos equivocadas: a) Las tesis en España no son tan malas y en realidad las tesis como las de Sánchez son casos excepcionales; b) Para solucionar estos casos perversos hay que tocar la composición de los tribunales, que no podrán ser nombrados por la universidad sino, pongamos, por el Ministerio de Educación.

Todos sabemos que este remedio sería peor de la enfermedad porque lo único que conseguiría sería dificultar el trabajo de los programas buenos. Hay casos en los que la presencia de conocidos del director de tesis es útil porque es la única forma de conseguir que un académico de prestigio no solo participe en el tribunal, sino que lea la tesis con cierto detenimiento y ayude al doctorando en desarrollar su investigación doctoral. Todo por 150€, más gastos de manutención, viaje (en turista) y alojamiento (en un hotel de 3 estrellas). Así de cutre es el mundo académico.

Todos sabemos que en general la calidad de las tesis tiene poco o nada que ver con los requisitos formales de la composición de los tribunales. Quizás no estaría de más recordar que en EEUU lo normal es que el tribunal de tesis lo compongan tan solo miembros de la universidad misma (normalmente algún miembro de otro departamento) y que en muchos casos los doctorandos reciben una exención de la defensa de tesis.

¿Digo todo esto para decir, “no pasa nada con el tribunal de Sánchez”? No, lo digo para decir:

1) Con lo que sabíamos cuando hemos publicado la entrada, la composición del tribunal de Sánchez no nos aportaba ninguna información. Cierto, podemos decir que es poco elegante poner a un coautor, pero como apuntaba alguien en un comentario, no es el primer caso.
2) En España hay un problema con la calidad de las tesis, pero la solución no es discriminar entre las tesis en el momento de la defensa, la solución es discriminar entre programas de doctorado.

Un par de datos que a los académicos no nos sorprenderán pero a algunos de los lectores de NeG tal vez sí:

1) En el 2014, el año más cercano a la fecha de defensa de Pedro Sánchez para el que el Ministerio de Educación tiene estadísticas de calificaciones disponibles, el 86,49% de las 11.316 tesis tuvo calificación cum laude (en economía el 84,3% de las 280 tesis).
2) En los últimos 6 cursos en la Carlos III el 91,56% de las 936 tesis defendidas tuvo calificación cum laude.
3) En EEUU no hay calificaciones de doctorado (tan solo hay calificaciones de los cursos que llevan al doctorado, pero estas calificaciones no aparecen en el título).
4) No sé si hay estadísticas, pero he preguntado en la Carlos III y nadie recuerda un solo caso de una de las más de 2000 defensas de tesis desde 1989 que se haya concluido sin aprobar al doctorando (me hablan de un caso en los que el tribunal exigió añadir unas referencias y otro una fe de erratas). No excluyo que pueda haber habido algún caso, y no conozco la frecuencia con la que los doctorandos suspenden en otras universidades, pero, por lo que yo sé, estamos hablando de algo que o es inexistente o es simplemente anecdótico.

Quiero destacar que el tono de la entrada me ha parecido suficientemente medido. No hemos dicho “no hay plagio” hemos dicho “Pedro Sánchez debería ser reprobado si se demostrara que [...] ha habido plagio, que realmente no ha escrito la tesis o que ha recibido un trato de favor por parte de la universidad.” Y hemos añadido que “si no se dan estas circunstancias, lo más seguro es que estemos ante una tesis que no se separa de tantas de las presentadas en España”. Hemos sido tan medidos que a OK Diario le ha costado encontrar texto sacado de contexto para entrecomillar y demostrar nuestras fechorías y ha tenido que inventarse que nos había forzado el gobierno (no sé si a los demás los han forzado, pero conmigo no se han puesto siquiera en contacto…).

Resumiendo, el jueves 13 de septiembre, sin haber visto la tesis, yo estaba convencido de que al día siguiente hubiéramos descubierto que había plagio, y mucho, en la tesis de Pedro Sánchez. Estaba convencido de ello por la vehemencia de las acusaciones que se habían vertido desde medios y desde rivales políticos. A la vista de la tesis, en la noche del 17 de septiembre, creo que no teníamos elementos para decir que había plagio. Puede que estos elementos surjan en el futuro y si es así estoy convencido de que todos cambiaremos de opinión. Con independencia de donde estén nuestras querencias.

En el post se dice: "lo más seguro es que estemos ante una tesis que no se separa de tantas de las presentadas en España". No hemos pretendido situar la tesis en un percentil. Pero hay una asimetría en el razonamiento que no comprendo. Si no te damos información detallada sobre el porqué hemos llegado a escribir "lo más seguro es que estemos ante una tesis que no se separa de tantas de las presentadas en España" no te convences. ¿Pero no te hace falta nada para convencerte que la tesis es excepcionalmente mala? ¿De donde procede tu prior?

Dada la discusión, quizás os parezca oportuno ligar en el blog para ayudar al lector a formarse su opinión una opinión diferente en el muy trabajado y cuidadoso análisis (basado en "fuentes primarias," vamos, en leer parte de la tesis) de Jesús Alfaro (también catedrático de uni, aunque de mercantil, con lo que algunas tesis ha visto) del primer capítulo, más en la línea de lo que Jesús Fernández Villaverde hubiera escrito en NeG. https://derechomercantilespana.blogspot.com/2018/09/la-tesis-del-doctor-sanchez-esto-va-de.html.


 "La entrada del blog sobre la tesis de Sánchez, cuya lectura más caritativa posible es "la ciencia en España es una mierda, todos son iguales, no hay nada que hacer," es indigna del espíritu reformista con el que fundamos el blog. Las otras lecturas me las ahorro. Los comentarios debajo de la entrada, de nuestros entonces fieles lectores, hablan por si mismos. Ojalá vuestra entrada hubiera tenido el tono claro y objetivo de la valiente y clara respuesta, por ejemplo, de Javier Ferri" Luis Garicano






 

https://nadaesgratis.es/admin/esta-no-es-la-universidad-publica-que-queremos-ni-merecemos

 Si a alguien le quedan ganas, ayer escribí estos 10 tuits en esa línea (con sorpresa final para algunos):
https://twitter.com/JL_Ferr/status/1042170378221748224  

El caso de la diputada del PP que presumía en sus biografías de tener unos títulos académicos de los que carece puede verse como un ejemplo más del que acaso sea el más extendido defecto colectivo de los españoles, el deseo de aparentar lo que no se es. Se trata de un vicio que sólo tiene utilidad frente a quienes no nos conocen, porque los allegados se comportan, más bien, conforme a ese dicho tan pesimista de que nadie es un gran señor para su mayordomo.

La intención de aparentar lo que no se es está presente de manera sistemática en el ámbito de la política, digamos, profesional porque en esa actividad es casi imposible sobrevivir siendo completamente sinceros. La manera habitual de actuar en política comporta una serie de hábitos que se adoptan por su eficacia práctica, al margen de cualquier consideración moral. Hay que ser, por ejemplo, sumiso, más bien callado, obsequioso, diligente en el servicio al que manda… y procurar siempre que la verdad no estropee ninguna oportunidad.

Dado el clima dominante en nuestros partidos, que nada tiene que envidiar al modelo de halago que se practica en los sistemas totalitarios, el esquema ideal para trepar por la cucaña del éxito e ir ascendiendo hasta sobrepasar el nivel de incompetencia de cada cual, consiste en mostrar una actitud como la descrita arriba al tiempo que se presume de una gran formación personal, un punto en el que la exhibición de diplomas y títulos tiene su importancia. Esa costumbre de exagerar la idoneidad académica de cada cual se hace posible por el hecho, notable a nada que se piense, de que nadie le pide a un candidato a político que acredite las titulaciones de las que presume, cosa que, al menos de momento, si se exige para acceder a una plaza de funcionario por modesta que sea.

La segunda nota que llama la atención en estas exhibiciones de fingida excelencia académica es que los mentirosos suelen no limitarse a mencionar una única especialidad, que es lo que normalmente tienen la mayoría de los titulados españoles, sino que, puestos en la necesidad de presumir, multiplican sus títulos. Me parece que esta conducta revela una característica muy llamativa de nuestra manera de valorar la inteligencia y la competencia de las personas porque supone que es más capaz quien sea ingeniero además de abogado que quien sea solamente matemático, por poner un ejemplo cualquiera.

Esta curiosa manera de valorar la calidad de la formación recibida, supone asumir que la valía intelectual no se vincula con la capacidad y el trabajo personal sino con la acumulación de diplomas y, a su vez, tiene que ver con el hondo desprestigio que, en el fondo, arrastran los títulos universitarios españoles porque no es imaginable que un jurista que se ha formado en Harvard, por ejemplo, añada para prestigiarse que también obtuvo otro diploma en cualquier otro sitio: con Harvard, basta y sobra, con nuestras universidades no tanto.

Detrás de todo esto está también una política universitaria que se ha seguido en las últimas décadas y que, como de costumbre, ha servido para satisfacer demandas y conveniencias del profesorado más que de los estudiantes y que ha consistido en la multiplicación de la oferta académica y en la invención de especialidades con frecuencia curiosas, como los dobles, o incluso triples, grados, todo lo cual no ha servido ni poco ni mucho para mejorar la calidad de nuestras universidades que siguen estando en una posición internacional nada digna de admiración.

Lo curioso del caso es que esas exhibiciones de títulos se dan al tiempo que la sociedad española en su conjunto se ha hecho consciente de que tales diplomas no tienen, salvo escasas excepciones, ni prestigio indiscutible ni utilidad clara. Que se haya asumido que Pedro Sánchez ha pasado por el trámite de hacerse doctor en Economía con un texto del que, con mucha probabilidad, no ha escrito más allá de unas pocas líneas y que, con certeza, está plagiado y repleto de fórmulas y expresiones que evidencian lo chapucero de la tesis no ha servido para acrecentar el prestigio de nuestras titulaciones.

La laxitud con la que buena parte de la sociedad española tolera esta clase de timos académicos ha favorecido que alevines de políticos, instruidos desde la primera adolescencia en las peores malas artes de la contienda política a través de las llamadas juventudes de los partidos, se hayan lanzado a presumir de títulos que no tienen porque, en el fondo, nadie podría notar en ellos la menor diferencia si de hecho los tuviesen.

La ya ex diputada del PP ha hecho un favor a su partido adoptando al final una actitud consecuente con que se haya descubierto su mentira y ha dimitido de todos sus cargos, asegurando eso sí, que “no tenía intención de engañar” lo que demuestra que no anda muy ducha en el manejo de la lengua española ni en el de la lógica más elemental. Si esto sirve para que el PP se muestre más severo y atento ante caso similares será para bien.

No hay riesgo, sin embargo, de que la multitud de cargos del PSOE que ha presumido de estudios que no ha hecho caiga presa de un ataque de honestidad e imite el ejemplo de doña Noelia Núñez. Ellos están en política por un fin más alto que la mera ética burguesa que manda adecuar lo que se dice a lo que es, porque el socialismo existe para transformar la sociedad no para cumplir ninguna clase de reglas, a ver si nos vamos enterando.

Don Pachi López, el señor Puente, la delegada del gobierno en Valencia y el Dr. Sánchez, entre otras eminencias que se podrían aducir dado el caso, tienen otras cosas de que preocuparse que de inexactitudes accidentales en sus CV por lo demás tan llenos de éxitos memorables en servicio al socialismo y a la salvación del planeta, de manera que no van a perder el tiempo en estas nimiedades, no se alarmen, pues, mis amables lectores ante ese teórico riesgo en la conducta probable en tan eximios expertos en aplicar la ley del embudo. Lo que sí puede suceder es que estos beneméritos personajes se afanen en encontrar casos similares en las filas del PP y en exigir para ellos el rigor lógico.

Alberto Núñez Feijóo haría bien en adelantarse a tal amenaza y, si está a tiempo, establecer un mínimo de respetabilidad y decencia en la exhibición de los méritos académicos de los suyos, sin miedo a que esa muestra exigente de coherencia le arrebate bazas electorales, pues debería saber que los españoles capaces de votarle son exigentes en esta clase de asuntos, como lo muestra la millonada de votos que el PP ha dejado de recibir en castigo a la ambigua posición del partido ante la corrupción política padecida en el pasado.

José Luis González Quirós es filósofo y analista político. Su último libro es La virtud de la política (Unión Editorial).


Este artículo, publicado originalmente en Disidentia, se reproduce al amparo de lo establecido en la legislación nacional e internacional (ver cobertura legal).

Nota informativa: Disidentia es un diario digital especializado en análisis y opinión. Todos sus contenidos son de acceso libre, aunque se puede colaborar económicamente como micenas.

El debate | ¿Existe la meritocracia?

Solo un tercio de los españoles cree que las posibilidades de éxito dependen de los méritos personales. La percepción de que todo obedece a factores de clase social ajenos al esfuerzo individual es aún mayor entre los jóvenes

El caso de Noelia Núñez, la exdiputada del PP que dimitió tras descubrirse que había falseado su currículum, ha reabierto el debate sobre la meritocracia. Un término muy criticado en los últimos años por soslayar la importancia del origen familiar y la clase social tanto en el rendimiento académico como en el logro profesional, pero al que muchos todavía se agarran para confiar en un futuro mejor gracias al esfuerzo personal. ...

https://elpais.com/opinion/2025-07-30/el-debate-existe-la-meritocracia.html?ssm=TW_CC

 

Tanto repetir que “la meritocracia no existe”, afloran las carencias de nuestra clase política: la incapacidad de devolver el sentimiento de que el esfuerzo personal importa. Por eso, negar la meritocracia ya no es un acto de lucidez política: aunque no exista en puridad, su impugnación se está convirtiendo en una mera coartada para que la política siga sin hacer nada ante el hundimiento del sueño de mejora de las viejas clases medias y humildes.  

Fantasear con prosperar gracias al propio esfuerzo no es solo una ilusión de multimillonarios o streamers huidos a Andorra, como se intenta vender ahora. Al contrario, la gente humilde es la que más cree en el esfuerzo porque no tienen otra cosa. Paternalismo, no. Soluciones.

 


 

 

 
 
 

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